quí no existen deportes de riesgo ni de aventuras alocadas, este es un sitio para disfrutar del relajo y de la tranquilidad, para intentar buscar esos momentos de ocio sereno, que nos ayuden a volver con nuevas energías al duro batallar de la vida cotidiana; es lo que podríamos llamar la “vida a cámara lenta”.
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Los paseos sosegados, las tranquilas excursiones en busca, si usted lo desea, de cultura e historia, los tiene, como vulgarmente se dice, aun tiro de piedra. Así, podrá visitar el Monasterio Cisterciense de Veruela, situado a diez minutos en coche, y recordar, en la casa que un día fue de Bécquer, aquella rima suya que dice “volverán.....”pero usted, sí que volverá, seguro.
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La histórica y monumental ciudad de Tarazona, pues en ella vivieron judíos, moros y cristianos, dejando cada una de estas culturas su huella en sus estrechas calles, arcos, iglesias, catedral, palacio episcopal, las casas colgadas. Destacar la fachada del Ayuntamiento y la antigua plaza de toros, plaza que conforman 32 viviendas dispuestas alrededor formando una plaza octogonal que sirvió de coso taurino. Dejará Tarazona en ustedes una huella impactante, sobre todo si se dignan visitarla también por la noche con todos los monumentos iluminados.
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Puede desplazarse hasta el mismo santuario del Moncayo, situado a 1.600 m y desde allí, si mantiene un buen tono físico, emprender una excursión de unas dos horas hasta el pico más alto de la Cordillera Ibérica, el mismo Moncayo, para contemplar desde su cima las vistas panorámicas que nos regala, tanto de las tierras de Aragón como de la basta Castilla, tierra a la que Antonio Machado, tanto amó y ensalzó, mientras puede musitar algunos versos suyos a esta tierra, como dicen:
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¡aquellos diminutos pegujales de tierra dura y fría donde apuntan centenos y trigales que el pan moreno nos dará un día!
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Siempre en función de la estación que usted nos visite, puede realizar una u otra actividad, pero siempre hay un componente dominante en todas ellas, que no es otro, que la influencia de la maravillosa naturaleza que nos rodea.
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Podrá levantarse con el canto del gallo, si tiene niños pequeños, podrán acariciar al primo hermano de Platero, ver gallinas en su estado más libre, oír las esquilas de las ovejas y verlas regresar a sus rediles en los atardeceres de primavera u otoño.
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Si es aficionado a la micología y el tiempo es generoso en primavera y otoño, con una navaja, un cesto y mucho respeto al monte, puede disfrutar de una jornada micológica inolvidable. (Para más información pinche Aquí).
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En los meses de invierno puede pasear sobre una sedosa capa de nieve, que cubre con frecuencia los senderos, mientras escruta paisajes, imágenes y silencios que tanto bien hacen al espíritu, sirviendo como bálsamo reparador a tanto ajetreo urbanita.
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Al anochecer, ya en nuestra casa “La Milagrosa”, puede disfrutar del abrazo acogedor del fogón del salón, mientras lee su libro preferido, hojea el periódico del día o simplemente, dormita nimbado en los placeres del relajo.
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No obstante, de todo lo expuesto, lo mejor de este humilde rincón, son sus gentes: abiertas, afables y dispuestos a ayudarle a pasar unos días agradables que creen en usted la adicción de tener que volver.
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Le ofrecemos el encanto de las “PEQUEÑAS COSAS” y EL CARIÑO DE TODAS AQUELLAS PERSONAS, QUE HARAN LO INDECIBLE PARA QUE USTED LAS DISFRUTE.
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Si usted amigo, elige visitar muestra casa rural y nuestro pueblo, vaya nuestro más sincero agradecimiento por adelantado.
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